Planeando, que es gerundio

Cuando yo era pequeña, había en mi clase un niño que se llamaba Antonio al que todos creían tonto. Un buen día, en una excursión del colegio, hicimos un concurso de talentos. Cuando Antonio salió al escenario todo el mundo pensaba que iba a hacer el tonto porque así era, tonto. El publicó se quedó boquiabierto cuando Antonio comenzó a recitar un precioso poema escrito por él como si fuera todo un profesional. Antonio no era tonto, simplemente, nadie conocía la fórmula para explotar todo su potencial ¿O quizás si?

El otro día, entro en clase nuestro profesor de TICS y nos repartió a cada uno un folio diferente, a continuación nos dijo que construyéramos un avión con un video-tutorial que iba a poner en clase. Resulta que el recortó los folios para que todos fueran distintos y así que cada avión fuera diferente. ¿Volarían todos? Seguramente no, pero...
¿Por qué no todos los aviones iban a volar? ¿Por qué Antonio tenia dificultades para entender las matemáticas pero era un virtuoso de la poesía?
Tengo una respuesta para ti: PLASTICIDAD CEREBRAL
Antes se pensaba que nuestro cerebro era estático e inalterable, nacíamos con un determinado número de neuronas que iban perdiéndose con el tiempo y la inteligencia estaba condicionada por nuestros genes heredados. Hoy en día y gracias a los avances de la neurociencia sabemos que existe un concepto que se llama neuroplasticidad, que es una propiedad del sistema nervioso que le permite adaptarse continuamente las experiencias vitales, y es que nuestro cerebro es un órgano muy muy plástico que puede adaptar su actividad y cambiar su estructura a lo largo de la vida.
La experiencia modifica nuestro cerebro de tal manera que se fortalecen o debilitan las conexiones neuronales, con lo cual ESTAMOS EN CONTINUO APRENDIZAJE. Este es el motivo por el que no hay edad para aprender y la razón por la cual nuestra inteligencia no es fija ni inmutable.
En educación, este concepto supone una puerta abierta a la esperanza porque implica que todos los alumnos pueden mejorar, ya que aunque existan condicionamientos genéticos, sabemos a pies juntillas que el talento se construye con esfuerzo y una práctica continua. Como profesores, nuestra tarea y responsabilidad es guiar y acompañar a los alumnos en ese proceso de aprendizaje y crecimiento continuo.
La atención es un mecanismo indispensable en el proceso de aprendizaje porque la capcidad de nuestro cerebro para procesar información sensorial entrante es limitada. La atención sobre lo que se debe aprender requiere un esfuerzo continuo y por los tanto necesita se necesita motivación para ser receptivo y contar con las emociones adecuadas. Lo novedoso y lo relevante facilita nuestra motivación y por lo tanto atención.
La dopamina es un neurotransmisor que interviene en procesos de gratificación y motivación que son fundamentales en el aprendizaje. Como profesores tenemos que saber estimular esa gratificación de la dopamina con gestos, miradas o conductas agradables. Nuestro lenguaje no verbal desempeña un papel muy importante en la transmisión de componentes emocionales, que son vitales en el proceso de aprendizaje.
Somos la única especie que utiliza la plasticidad para perfeccionar y evolucionar el cerebro, lo que nos hace diferentes y singulares. Pero, además, cada individuo de nuestra especie es único e imprevisible y participa de su propia evolución debido a la
influencia de las experiencias vividas.